La verdad de nuestro Cobre, ¿El sueldo de Chile?

 

 

A mediados de Mayo del año 2003, el Presidente de la República dio el vamos a la discusión del Royalty, que desde principios de ese mes se había instalado extraordinariamente en la arena parlamentaria, gracias a la constitución de la Comisión revisora de Tributación Minera del Senado. En la oportunidad señaló que los parlamentarios tuvieran cuidado por no asustar a la inversión privada, y explicó que el Royalty no es otra cosa que un cobro del Estado, por la explotación de un recurso no renovable.

 

A pesar del ímpetu de la DC en aquel entonces por sacar dinero de cualquier forma a las Empresas Privadas, dada la situación de déficit fiscal –que aún continúa- por culpa de los casos de sobresueldos, fraudes, indemnizaciones ilegales, coimas, MOP, GATE, INVERLINK, etc, etc, en el que se vieron  envueltos personajes de toda la Concertación de Partidos por la Democracia, el tema del Royalty a la Minería, pasó absolutamente a segundo plano, cuando en Octubre, la Comisión especial del Senado determinó que antes que estudiar un proyecto de Ley para implantar Royalty, las Empresas Mineras debían de pagar primero los impuestos y tributaciones legales que han estado evadiendo de forma altanera los últimos años, y de manera menos notoria los últimos 13.

 

Es entonces, cuando importantes hombres relacionados con el área, desde el Presidente de la Sonami (Sociedad Nacional de Minería) Hernán Hochschild, pasando por Juan Claro, el Presidente de la Sofofa (Sociedad de Fomento Fabril) y Presidente también de la CPC (Confederación de la Producción y el Comercio), William Hayes (Presidente del Concejo Minero), hasta Cristóbal Philippi, Gerente General de la Sonami, se vieron fuertemente golpeados, porque hasta el momento, solo se había hablado de un cobro por derechos de explotación a materias recursos naturales no renovables, pero no de evasión de tributos e impuestos.

 

Y fue precisamente éste último personaje, el Sr. Phillipi, quien acusaba de disparate aplicar un royalty, y de que imponer más impuestos porque algunos lo evadieron era una locura, tuvo que dejar de lado los dichos, y aumentar la fiscalización a la Comisión del Senado, que cada vez más, a medida de que avanzaban los días,  se entrometía en los más oscuros laberintos de esta gran explotación a tajo abierto que es la Minería Chilena, encontrándose con vetas impensadas.

 

Impensadas, excepto por uno. Uno que desde comienzos de los 90’ estuvo conversando el tema, con muy bajo perfil, pero que durante los últimos dos años, ha estado a la cabeza de la defensa de los recursos naturales en la Cámara Alta, el Senador por la IX Sur, Jorge Lavanderos.

 

El Senador Lavanderos sabía del tema, sabía de la evasión, sabía la forma de cómo las empresas, extranjeras y nacionales evaden los tributos legales, y sabía también era imposible legislar esto, porque, la presión iba a ser mucha, posiblemente algo similar le hubiera sucedido a lo que recientemente le ocurrió por su propuesta de estudiar una revisión a la Teletón.

 

Tal vez por eso, él, quien es a su vez el actual Presidente de la Comisión de Minería del Senado, llevó adelante este estudio de la Comisión por un carril, que irremediablemente se iba a encontrar con este escollo, pero que las empresas mineras, si sospecharon, creyéronse salvaguardadas, dado la soledad en la defensa de los recursos naturales, con que goza el Senador de la DC en el Senado.

 

Pero los datos entregados por la Comisión, a fines de Octubre, son horriblemente aclaratorios, y no dejan espacio a la imaginación, sino que es un golpe tremendo al mentón de todos los chilenos, que vivían en una verdadera nebulosa en torno al tema de la extracción y explotación de los recursos minerales del país.

 

Algunos resultados del estudio de la Comisión es el siguiente:

 

Durante los últimos 13 años, han salido de Chile 26 millones de toneladas de Cobre, equivalentes a un valor de U$ 38.000 millones. Al parecer una cifra astronómica, que dejaría muchos ingresos al país.

 

Pero, cabe recordar que la chilenización primero y nacionalización después, del Cobre en Chile, ha sido un proceso largo, que comenzó en los Gobiernos Radicales, gracias a iniciativas de algunos ex-miembros del MNS que colaborar en la Industrialización de Chile, paso también por manos del Gobierno de Ibáñez con mucho éxito, culminando finalmente en los Gobiernos de Allende y Pinochet, con la totalidad del proyecto.

 

Actualmente, todo el mineral existente en el país, es de propiedad íntegra del Estado chileno, y las empresas mineras, no son otra cosa, sino meros contratistas, solo son empresas concesionarias de la explotación y exportación del mineral, dada más, no son los dueños de los yacimientos, por lo cual deben pagar el 35% de los ingresos (lo que ya es poco) a sus verdadero que es el Estado de Chile.

 

Teniendo esto en consideración, el Fisco Nacional, debería haber obtenido, por este solo porcentaje de la ganancia privada, unos U$ 13.500 millones.

 

Pero, solo recibió U$ 1.700 millones.

 

Es decir, existen U$ 11. 800 millones que se perdieron, nadie sabe como, nadie sabe donde.

 

A continuación trataremos de explicar, el gran acto de magia de las empresas mineras que explotan en Chile, que hacen para hacer desaparecer más de $ 7.500.000.000.000 (siete billones y medio de pesos, una cifra más que astronómicamente inentendible).

 

Los Precios de Transferencia

 

El precio de Transferencia es el precio que sirve de referencia para los contratos de exportación de los minerales. El del Cobre es el precio de una libra de Cobre fino en la BML (Bolsa de Metales de Londres), existen tres grandes tasadores a nivel mundial, la BML, la Bolsa de Metales de New Cork, y la de la India, pero el mineral chileno se tasa según la referencia inglesa, uno de los últimos esbozos imperiales británicos y herencia de nuestra colonización económica del siglo XIX.

 

Actualmente (Viernes 21 de Noviembre de 2003) el precio de una libra de Cobre fino cerró en U$ 0,89811, es decir, 89 centavos de dólar por libra fina de Cobre. Un precio irrisoria, pero colonialmente hablando, bastante bueno, acercándose a los índices cercanos al dólar de los años 1997 y 1998. Pero, el aumento o disminución de unos míseros centavos de dólar en el precio, debería ser para nosotros, los chilenos, algo sin importancia, pues que Chile NO EXPORTA COBRE FINO, sino que solo exportamos Concentrados de Cobre, que son toneladas de material, cuyo porcentaje corresponde a menos de un 1% de Cobre. Es decir, dentro del material que enviamos a refinar al extranjero, enviamos apenas una mísera parte de Cobre, y esto, sin mencionar las cantidades realmente valiosas de Au (Oro) y Ag (Plata) que van dentro de estas concentraciones.

 

Por conceptos de tasas de transferencia, entonces no recibimos los cerca de 90 centavos en el cual se transa el Cu (Cobre), y los motivos son los siguientes: Cargos por refinación y fundición en el extranjero, seguros, fletes o compensaciones de fletes, precios de participación y comisiones por venta. El valor entonces real difiera de 1:3 en el precio final, es decir, si el precio de una libra de Cobre se transa en la BML a U$ 0,90, el precio del Cobre chileno vale U$ 0,30.

 

 

Limites al pago de interés

 

Por lo general, esta empresas mineras que operan en el país, aún obteniendo tres veces menos del valor real del metal, siguen existiendo.

 

Cabe señalar, que al comienzo del ensayo dijimos que las empresas mineras que operan en el país, deben cancelar el 35% de las utilidades obtenidas al dueño de los recursos (el Estado chileno) esto no ocurre si las empresas trabajan a pérdida, o no obtienen ganancias positivas, pues en este caso, solo cancelan el 4% de las utilidades.

 

Y éste es el caso de TODAS las empresas mineras nacionales, actualmente no existe ninguna que trabaja a ganancia, sino que todas a pérdida, por lo cual todas pagan solo el 4% de tributación legal al Fisco.

 

Y como verán las diferencias son abismales (7 billones y medio de pesos chilenos)

 

Entran a Chile U$ 38.000 millones en ventas.

Empresa si trabaja a ganancia: Tributación igual a 35% de sus utilidades, entonces a Chile entrarían U$ 13.500 millones.

Pero si Empresa trabaja a pérdida: Tributación igual a 4% de sus utilidades, entonces a Chile entrarían menos de U$ 1.700 millones, que es lo ocurre hoy en día.

 

¿Pero, si la Empresa no deja ganancias, y solo pérdidas, como se han mantenido funcionando los últimos 13 años?

 

Fácil, las deudas que sostienen estas empresas mineras en el extranjero, son en Bancas del Caribe, que si bien es cierto, poseen tasas de Colocación superiores al 5% y al 7%, las tasas de Captación son igualmente cercanos a los dos dígitos, por lo cual, es el peor lugar para tener deudas, pero es precisamente con bancas de islas caribeñas (que casualmente pertenecieron al Imperio británico) y bancas inglesas, las principales acreedoras de nuestras empresas mineras.

 

Pero que tampoco son nuestras empresas mineras, sino que en más de un 80% son totalmente extranjeras, pertenecientes a grupos transnacionales como la Barrica Gold, AngloAmerican, AngloChilean, etc, etc. Que curiosamente, forman parte, en la mayoría de las veces, de los mismo grupos accionistas y económicos, dueños de estas bancas.

 

En el fondo, deudores y acreedores son los mismos, situación por la cual, pueden trabajar a pérdida, pues el dinero que sale del bolsillo izquierdo va al derecho del mismo pantalón y viceversa, siempre en el mismo pantalón, siempre.

 

Como los deudores le deben a sus mismos dueños, no son confiscados sus bienes ni tampoco tienen ningún problema judicial.

 

En Chile, se trató de poner atajo a esto con la Ley 19.738, prohibiendo el pago del 4% a aquellas empresas que tuvieran deudas con “filiales financieras relacionadas” (del mismo grupo accionista) iguales o superiores a 3 veces su patrimonio. Cabe recalcar que en Europa, ninguna entidad financiera acepta prestar dinero a alguna empresa que posea una deuda superior a 1 vez su patrimonio, mucho menos los estados, pero en Chile somos más complacientes, y aceptamos que puedan deber hasta 3 veces lo que tienen.

 

Pero, la mayoría de esta empresas, están endeudadas cerca de 10 veces su patrimonio. Y lo hacen de la siguiente manera:

 

7,9 % de las deudas las sostienen con financieras no relacionadas, y 2,9% con filiales relacionadas, siendo la mayoría de las veces, las entidades financieras no relacionadas, no parte del mismo grupo, pero si dueñas de un mismo accionista, lo que no compromete los intereses de un grupo económico determinado.

 

En síntesis, siguen evadiendo inteligentemente impuestos.

 

 

Pérdidas en mercados a futuro del Cobre

 

Lo que hizo muy conocido en Chile gracias a don Francisco Javier Cuadra, operador de Codelco, fueron los negocios a futuro del Cobre, pero que a la vez se pensaba también que éstos habrían de terminar, pues no son normales, y en su mayor parte, son riesgos innecesarios, menos aún para empresas supuestamente endeudadas en 10 veces su patrimonio.

 

Lo singular de esto, es que en las empresas mineras que operan en Chile, es muy normal el uso de este recurso inversor y básicamente constituye en lo siguiente:

 

Una empresa determinada vende “opciones de Cobre” a un determinado precio, en una determinada época del año, y como espera que el precio baje porque se ha inundado el mercado de acciones y “futuros”, luego los compra, más baratos, haciendo negocio redondo.

 

Pero, esto nunca ocurre. Los precios por lo general se mantiene estables, suben y bajan muy levemente, no influyendo el aumento o disminución de acciones o futuros en la bolsa. Es más, la mayor cantidad de compras de éstos futuros se realiza estando el precio en alza y cotizándose por sobre la media anual, es decir, más caros que el precio de venta.

 

Los operadores de las empresas mineras nacionales compran futuros más caros de lo que los vende, generando así pérdidas millonarias para estas empresas, y por consiguiente, una entrada negativa y endeudamiento superior a 3 veces su patrimonio, con lo cual también se exceden de pagar los impuestos legales.

 

¿Dónde está el negocio? Recordemos que estamos tratando con Ingenieros Comerciales, tipos hábiles con los números, y con empresas transnacionales, de eso nunca debemos olvidarnos. Lo que hacen es simple, cuando venden futuros lo hacen a alguna empresa relacionada, o miembro de un mismo consorcio de accionistas, por lo cual, el bolsillo izquierdo le compra al derecho y viceversa, no importando si hay pérdidas o ganancias, pues lo importante aquí es evadir impuestos y tributaciones.

 

 

Después de poder apreciar entonces esta despreciable forma de hacer dinero ¿Podría existir algo peor que todas estas formas de evadir impuestos legales y obligatorios, que por cierto todos los chilenos pagamos, excepto estas empresas transnacionales?

 

La respuesta es si.

A pesar de que se pierden en el aire 7 billones y medio de pesos chilenos, el Estado de Chile, representante jurídico de todos los chilenos debe a las empresas mineras transnacionales que operan en Chile U$2.600 millones, por concepto de la dicotomía que existe entre unidades tributarias y financieras, esto porque estas empresas traen capitales como deudas, y comienzan a amortizar esos capitales con las ganancias de acá, y al final solo pagan un mísero 4% de tributo (en vez del 35% que les corresponde) y más encima endeudan al país, con sus capitales ya adeudados en el exterior.

 

La pesadilla sigue.

En los próximos 10 años saldrán de Chile alrededor de 30 millones de toneladas de Cu y entrarán al país a este ritmo, tan solo U$ 1.000 millones. Como estas grandes deudas aún las tienen acumuladas, e incluso como es el caso de Escondida, traspasar las deudas al momento de la vente, y adicionalmente como este esquema no parece cambiar, lo más probable es que producto de esta depreciación acelerada, no paguen ningún impuesto en la década que sigue.

 

Este año, las empresas mineras van a sacar U$ 7.500 millones, de los cuales U$ 5.000 millones son del sector privado (recordemos que el aporte de Codelco a la explotación de Cu es inferior al 35% del total del mineral en explotación en Chile) y hasta la fecha, solo han pagado U$ 5,8 millones, una verdadera propina, una burla sarcástica en frente de nuestras abobadas cabezas.

 

Además, y como guinda de esta agria torta, existe en Chile lo que se llama secreto bancario, que aplicado a las empresas mineras privadas del Cu, impide saber el real capital de estas empresas. ¿Por qué? Porque es posible medir la cantidad de Cu que las empresas exportan, pasan por aduana o entran como ganancias, pero la cantidad que tienen como reservas, solo es conocida por la Banca, la cual no entrega este tipo de información, y con la cual éstas empresas usan de aval para endeudarse en empréstitos que durante toda la vida de sus ejecutivos serán imposibles de amortizar.

 

Las empresas mineras dicen que no pueden informar de sus reservas y tampoco del valor de ellas, pero ¿Son realmente de ellas? La respuesta es tajantemente no. Ya hemos analizado anteriormente que es el Estado de Chile el dueño de todas las riquezas existentes en el país, y que estas empresas son tan solo concesionarios de la explotación y algunas de la exportación del mineral, por lo tanto, las reservas tampoco son de ellos, sino que del Estado, ente al cual le ocultan esta información, le ocultan al dueño sus riquezas, una anomalía de características judaicas, propia de los primeros banqueros que llegaron a Europa y endeudaron primero al Imperio Romano y luego a los príncipes de los reinos germano-romanos, llevándolos a la ruina y al establecimiento mediante la usura de un poder omnipresente, el del dinero, el capital y el mercado finalmente.

 

Esto, no nos debe esto de sorprender, siendo esta forma de perder riquezas la tónica de los pueblos nobles y decentes de la tierra, no así de otros que siempre han vivido ponzoñosamente a costas de otros, tal cual lo hacen estas transnacionales a costa de nuestro suelo, nuestra riqueza, nuestro cobre y nuestra gente.

 

Para el año 1920 existían en Chile cerca de 150 empresas salitreras, que competían y vencían al salitre sintético alemán, y que poseían el monopolio de los abonos agrícolas de la devastada tras múltiples epidemias Europa. Entonces, tan solo un 10% se encontraba en manos de chilenos, pero era solo de nombre, porque la empresa se constituía en Chile, pero con capitales, dueños y administración extranjera. Estas empresas, siendo su salitre más barato que el alemán, no pudieron con él, no porque Chile haya bajado su producción o porque haya disminuido su ley, sino que Chile se vio en vuelta en una crisis económica tremenda, llevando a miles de chilenos a vivir en las calles y comer basura, ya que solo dependíamos de un solo producto, el Salitre.

 

No poseíamos otros impuestos a la exportación sino que solo al Salitre, ni tampoco habían grandes tasas arancelarias para las importaciones, siendo estas las menos. No habían grandes cargas tributarias, y “nuestro sueldo era realmente el Salitre”. Pero, la industria salitrera era una producción que no había evolucionado en los últimos 80 años, desde mediados del siglo XIX el sistema Shanks era el hegemónico, no había tecnologización en la producción, y lo más importante de todo, era que no había inversión en la industrialización de la empresa, de su refinamiento acá, o de querer exportar el minería, una vez manufacturado en Chile, lo cual habría encarecido un poco su precio al comienzo, que definitivamente dadas las características del mineral en nuestro país, habría barrido con la recién naciente industria alemana en cosa de años.

 

Lo único que los ingleses, dueños de nuestro salitre, hicieron fue implementar el sistema Guggenheim de producción, que consistió en unas cuantas mejoras en la pérdida de energía en la limpieza y nada más. La hebraica forma de asalariamiento de los chilenos, nos hizo depender exclusivamente de esta industria, pero cuando los ingleses optaron por retirarse del negocio, antes de invertir en él y en su dueño el pueblo de Chile, la realidad nos golpeó duro y por generaciones.

 

La manera inglesa de competir, no es invirtiendo en tecnología como los alemanes, sino que controlando el precio del producto. Durante años una empresa salitrera cerraba, dejando 5.000 hombres sin trabajo de la noche a la mañana, para no aumentar la producción mundial, y de esta manera subir el precio del producto. No importándole ninguna cuestión social, ni la pobreza con que vivía nuestro pueblo. Mientras que el Estado, manejado por una elite oligarca, vivía feliz visitando a sus pares europeos, viviendo a la inglesa, importan la más cara sastrería y adornos innecesarios, mientras que sus criados no usaban zapatos, que sus peones morían de hambre.

 

El estado se desentendió de los problemas sociales y cuando ya fue tarde, se dio cuenta de que la crisis social que había producido esta capitalista forma de producción y de extracción de los recursos naturales del país no podía continuar. He aquí cuando el MNS Chileno, es el visionario en cuanto a ideas como la nacionalización de nuestras riquezas naturales, hecho que más tarde fue llevado a cabo por diferentes gobierno, entre los que destacan el de Ibáñez.

 

Monopolización de recursos, extracción desmesurada de riquezas, no pago de tributos, propiedad de las riquezas naturales chilenas en manos de extranjeros, administración de la riqueza en manos de consorcios internacionales, un Estado cada vez más cerca de sus pares europeos y anglo-americanos y cada vez más lejos de su pueblo, un recurso mineral que se regala y se maneja en Inglaterra, un pueblo que no sabe lo que pasa con su tierra, con sus recursos, con su futuro.

 

¿Es necesario que lleguemos a extremos como los que vivimos durante la década de 1930 en Chile, gente muriéndose de hambre en las calles, campesinos sin semillas para sembrar, estudiantes sin escuelas, enfermos sin hospitales, un fisco quebrado, y un pueblo cuya alma ha sido robada para que nos demos cuenta que la Historia es cíclica?

 

Yo espero sinceramente que no sea así.

 

Jorge Vásquez Iturra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Última modificación: 03 Octubre 2005