La Guerra de Chile-Chico

 

 

Resumen hecho por Jorge Vásquez Iturra, Historiador.
Basado en el libro de la escritora Danka Ivanoff Wellmann
“La Guerra de Chile-Chico o los Sucesos del Lago Buenos Aires”.
Coyhaique, Región de Aysén, Verano de 2006.
 

 

Hacia las Tierras sin dueño

 

Los motivos por los cuales un grupo de chilenos sale de su país y comienzan a deambular fuera de su Patria, podrían resumirse de la siguiente manera:
 

a) La escasa tierra disponible para colonizar en las regiones de la Frontera (Araucanía) y Melipulli (Pto. Montt), lo que originó que las nuevas familias de campesinos y aventureros, tuviesen que viajar más al sur para encontrar un hogar y tierras donde vivir.
 

b) Las bandas de asaltantes que surgieron después del caos de la revolución de 1891, que asolaron los pueblos y campos por todo el sur de Chile provocando temor a la población, especialmente rural.
 

c) Huir de los horrores que significaron las perdidas de tierras despojadas producto de la revolución, la muerte de familiares y amigos debido a las guerras, la hambruna, enfermedades y pobreza tras la pérdida de sus campos y trabajos.
 

d) La esperanza de encontrar al otro lado de la cordillera mejores condiciones de vida.
 

Pero fue la muerte prematura del Presidente Balmaceda lo que precipitó mayormente el éxodo. Balmaceda había comenzado un tipo de colonización con pequeños propietarios de connacionales, y solo para ellos, con el fin de otorgar beneficios que sacaran de la pobreza a los chilenos, que no significaran matar y quitarle lo que tiene al rico, sino que enseñarle al pobre a que también tenga y a trabajar ese capital para vivir y prosperar, para lo anterior dictó un decreto el 1° de Abril de 1890, sin embargo, a la caída de su gobierno y al amparo de la Ley de Colonización del 4 de Agosto de 1874 promulgada por el Presidente Errázuriz y que favorecía a la formación de grandes latifundios, revirtió todo lo ya logrado.
 

Los pequeños propietarios no pudieron competir con los grandes capitales. Nuevas concesiones otorgadas por el gobierno de Errázuriz hijo, abarcaron extensas regiones ya habitadas en su mayoría por colonos nacionales. El enfrentamiento se hizo inevitable y ante la indiferencia y arbitrariedad del nuevo gobierno los pequeños propietarios fueron obligados a abandonar sus tierras buscando en el país vecino un nuevo futuro.

Así fueron llegando los chilenos a Lumine, Neuquen, Huechagüe, Junín de los Andes, Chairul y otros.

Pero la posibilidad de un nuevo peligro los asechaba, en 1898 asume la presidencia de Argentina el General julio Roca, quien 20 años atrás había dirigido la Campaña del Desierto, que prácticamente exterminó a los indios en los territorios de las provincias de Río Negro y Neuquén y que también de alguna manera desalojó a los chilenos que allí se habían instalado.

Inician su caminar hacia el sur y empiezan a saber de un territorio chileno que estaba desocupado y en donde podían establecerse.
 

El Nuevo Chile
 

En busca de “los campos sin dueño” los nuevos colonos comenzaron a llegar a la región de Aysén. Un grupo de ellos se radicó en Valle Simpson; pero otros más osados siguieron camino al Sur y bordeando el Lago Buenos Aires fueron a instalarse en sus orillas.

Allí se encontraron con un clima benigno, inusual para estas latitudes, que más se parecía al Chile que habían tenido que dejar, era su nueva Patria, su pequeño país, su Chile-Chico.
 

Colonos esperando el conflicto, foto sacada por un periodista argentino. Foto proporcionada por el autor del articulo.


Aún a pesar del aislamiento, que les imponía un gran sacrificio, estos nuevos pobladores construyeron sus casas y se establecieron con sus familias e iniciaron la explotación de la zona sobre la base de la crianza de ganado vacuno y principalmente lanar, para lo cual se presentaban magníficas condiciones naturales.

La relativa prosperidad de la zona despertó, hacia 1916, el apetito de algunos capitalistas ganaderos que pretendían fundar en esta región grandes estancias ganaderas como las ya existentes en la Patagonia argentina y en la zona de Punta Arenas.
 

Orígenes del Conflicto
 

Un pequeño aviso publicado en el “Diario Oficial” de 1917 anunciaba el remate de “Arrendamiento de terrenos fiscales” en el Lago Buenos Aires. Terrenos que ya habían sido solicitados al gobierno central por los nuevos pobladores y que merced al esfuerzo y trabajo ya les pertenecían.

En dudoso remate con un solo oferente, Carlos Von Flank, pariente político de un Ministro de la época y marioneta visible de un consorcio Braun y Menéndez, se adjudica la subasta.

En abril de 1918 aparecieron por Chile-Chico dos “gringos” para visitar los campos de la concesión y negociar con los colonos el precio de sus viviendas y animales. El precio que ofrecían era bajísimo y Von Flank y el inglés que le acompañaba se retiraron de la zona al encontrar oposición en los precios.

 

Tropas Argentinas La Marcha de la Pampa Cañadon Pluma. Foto proporcionada por el autor del artículo.

Sin embargo, al poco tiempo regresaron acompañados de un piquete de seis carabineros al mando del Tte. Leopoldo Miquel y que traían como misión hacer evacuar la región y trasladar a la Argentina todo el ganado.
 

Los Sucesos del Lago Buenos Aires
 

El primer encuentro entre pobladores y fuerzas policiales fue amistoso, sin embargo, los pobladores estaban decididos a defender lo que con tanto sacrificio habían logrado. Ante el peligro, diez o doce pobladores se unieron primero bajo la dirección de José Antolín Silva Ormeño y rodearon el campamento policial al atardecer para dar la sensación de ser muchos. Amedrentados, los concesionarios y la tropa se retiraron a la Ascensión (Argentina), y desde allí, enviaron mensajes a Santiago informando que “una numerosa partida de bandoleros les había cercado y obligado a evacuar los campos”.

Otro contingente de carabineros es enviado hacia la zona en conflicto con 30 hombres al mando de un joven Teniente.

 

 

Entretanto los pobladores preparan su defensa, enviando a la capital una delegación para hacer presente al gobierno y parlamento sus derechos territoriales postergados, mientras aquí se preparan para la resistencia cerca de 40 hombres armados.

Pero aquellas fuerzas policiales se detuvieron frente a las casas de los pobladores, cada carabinero según cuenta la historia se sacó el quepí, la gorra, y desde el teniente hacia atrás dieron vuelta a los caballos y se retiraron.

Cuando Von Flank en el campamento les pregunta porqué se devolvieron, ellos responden: - Somos Carabineros de Chile, no podemos atacar a compatriotas que en lo alto de sus humildes casas hacen flamear banderas chilenas hechas de trapo y de sus mismas ropas, no somos mercenarios y de mis hombres no saldrá ni una sola bala para matar a otro chileno-.

 

Tropas Argentinas La Marcha de la Pampa Estancia Maria. Foto proporcionada por el autor del artículo.

 

Aquel gran gesto de honor, le costó el puesto a aquel teniente y rápidamente se vuelve a formar un nuevo contingente policial es enviado por el Ministro del Interior, formado por cuarenta individuos de tropa al mando del Teniente Valdés.

La nueva incursión de las fuerzas policiales desató rápidamente la violencia, incendiando las casas de los pobladores, apresando a algunos y provocando la indignación del resto de ellos.

Los primeros enfrentamientos se producen entre una cincuentena de pobladores que ante la alevosa muerte de uno de ellos reaccionan disparando y matando a tres policías dejando herido a otro y tomando prisioneros a una decena. Prontamente montan sobre el cuartel general de las fuerzas policiales un cerco, tomando nuevos prisioneros y haciendo sentir a los sitiados el efecto del hambre.
 

Tropas Argentinas La Marcha de la Pampa. Foto proporcionada por el autor del artículo.

 

A medianoche las fuerzas policiales, el concesionario Von Flank y sus peones huyeron hacia la Argentina a pie en un recorrido de 50 kilómetros hasta la estancia La Ascensión.

El incidente provocó tal revuelo que el gobierno argentino envió ciento veintidós hombres y tres oficiales, ya que Von Flank había propalado engañosamente que estos bandoleros invadirían el territorio de ese país. Las fuerzas argentinas formaron un Batallón que se encaminó hacia Chile-Chico con el fin de terminar con todo aquel que se atravesase con la llamada “Marcha de la Pampa”.
 

El Gobierno reconoce la Injusticia


Entretanto la delegación de los colonos, después de pasar por Buenos Aires, arriban a Santiago lográndose entrevistar con el Ministro del Interior de entonces, don Arturo Alessandri Palma, quien había asumido el cargo cuando los sucesos del Lago Buenos Aires estaba en pleno desarrollo. Supo éste y gracias a la intervención del Diputado por el Sur Nolasco Cárdenas quien fue fiero defensor de los compatriotas, ponderar todas las circunstancias del caso y, en un gesto que le honra, ordenó la supresión inmediata de toda actividad oficial en contra de los pobladores y el retiro de las tropas armadas de la zona, tomando la decisión de caducar la concesión de tierras otorgadas a Von Flank y reconociendo los derechos de los pobladores establecidos.

 

Comitiva que viajó a Santiago en Julio de 1918, algunos heridas en combate también están presentes.  Foto proporcionada por el autor del artículo.

 

El Gobierno chileno había reconocido su equivocación al conceder en arrendamiento terrenos que por años estaban ocupados, provocando una resistencia activa de los pobladores por su derecho a la tierra y al bienestar, demostrando su espíritu patriótico y nacionalista, edificando, a las orillas del lago, una ciudad floreciente y risueña como es Chile-Chico.
 

Decisión

 

Finalmente el Gobierno Chileno, decide otorgar el dominio de las tierras a sus colonizadores chilenos, y no a las concesionarias, muchas de ellas de propiedad de extranjeros.

Pero faltaba un detalle, el Batallón de Ejército Argentino debía ser alertado que el territorio era chileno y que la guerra ya se había terminado.

Se hicieron escasos los medios nacionales y argentinos que en sus portadas trataban de alertar a la población sobre la marcha de sus tropas, y colocar sobre alerta a los colonos, que atrincherados en lo que quedaba de sus casas esperaban con una bandera chilena flameando sobre sus techos la llegada del Batallón de tropa argentino.

 

Algunos pobladores que sobrevivieron al conflicto despues de la guerra. Foto proporcionada por el autor del artículo.


Finalmente, y a escasos 20 kilómetros de la actual frontera, en una estancia cercana a lo que hoy es Los Antiguos una ciudad argentina en la orilla del gran Lago Gral. Carrera, se detuvieron las tropas de aquel país y los chilenos pudieron celebrar su triunfo frente a las concesionarias, obtener el dominio de las tierras que sus familias 20 años atrás habían descubierto y hacer Patria y Soberanía en un territorio inhóspito, aislado y presa de los peligros más graves para aquella época, las grandes compañías extranjeras y las ansias de dominio y expansión del vecino país.
 

La actualidad
 

Cabe preguntarse entonces, ¿Cuánto hemos cambiado desde aquella época, si hoy en día las autoridades de gobierno tendrían la posibilidad de dar por terminado contratos con empresas extranjeras, transnacionales si es que ellas atentan contra los ciudadanos chilenos, o contra sus legítimos derechos, dominios, tierras, campos, casas y capitales agrícolas, así tal cual como sucede hoy en el sur de nuestro País?

Chile-Chico es hoy una ciudad pujante, con sus antiguas casones refaccionadas y pintadas, aunque en cada esquina de la ciudad uno puede apreciar algunos ladrillos perforados por las antiguas municiones de guerra. Tiene un cerro denominado “Cerro de la Bandera”, donde en lo alto flamea con orgullo la bandera chilena, símbolo de éste pequeño territorio paradisíaco donde se da la fruta y se cosecha las mismas hortalizas que en el Chile central, razón por la cual sus primeros colonos le colocaron aquel nombre, un pequeño Chile, un Chile-Chico, y que está cercado por las gigantescas montañas, el Lago más grande del País y la pampa limítrofe con la vecina Argentina.

Por suerte, éstos habitantes nunca se han olvidado de su historia, de sus antepasados, y las calles de su ciudad llevan en gran mayoría el nombre de sus héroes de guerra. Fieros hombres que jamás dejaron que su tierra a “extranjero su dominio sea sometida”.

Hoy en día volvemos a vivir momentos de expansión territorial, pero ésta vez de gran cantidad de extranjeros que compran y compran las gigantescas estancias de los descendientes de los colonos para crear supuestos “parques naturales”, pasando por encima de los habitantes del sector, matando animales, rompiendo cercas y quitándole tierras a quienes por incapacidad del Ministerio de Bienes Nacionales aún después de 20 o 30 años aún no pueden regularizar sus títulos de dominio. Basta con colocar por ejemplo la zona de Cochamó en la X Región, la zona Norte de la Región de Aysén, la zona de Cochrane, en que no solo los turistas y ecologistas hebreos se compran gigantescas haciendas, sino que además, empresas transnacionales como Endesa pretende invadir millones de hectáreas de bosques y selvas vírgenes para crear centrales hidroeléctricas que permitan equilibrar el mal diseñado e inoperante Sistema Interconectado Central.

Esperamos que las autoridades hayan aprendido la lección y no sea necesario que los valientes habitantes de éste País de mucha paciencia se tengan que levantar para que sean oídos sus legítimos derechos sobre las tierras que a sangre, sudor y lágrimas conquistaron para nuestra Patria los antiguos colonos de Aysén.
 

 

 

Jorge Vásquez Iturra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Última modificación: 08 febrero 2006