Nacimiento existencial de Chile

Solsticio de Verano 2004



Transcurre el día, y mis ojos llenos de luminiscencia ven nuevamente la renovación del ciclo, se encuentran las cosas en una armonía que deslumbra, en un secreto que llena el espíritu de preguntas. En el solsticio de Invierno se transmuta la vida, comienza el renacer de lo vivo para luego alcanzar su cúspide la existencia en el solsticio de verano al renacer el sol invicto sobre las montañas sagradas de los valles del Bio-Bio a renovar la vida.

Desde hace dos mil años se habla del nacimiento del Dios que se hizo Hombre como niño Jesús, fecha que coincide con el ciclo que se cumple en el solsticio de verano que para nuestro hemisferio sur es el mes de Diciembre , pero la tradición original indo-persa del dios Mitra guarda directo contenido de esta hierofanía, ya que se consideraba que el nacimiento del Mitra se celebraba cada 25 de diciembre y era identificado como el dios solar , el cristianismo, de hecho oficialmente se reconoce el año 345 por influencia de san Juan Crisóstomo y san Gregorio de Nacianceno el 25 de diciembre como la fecha de la natividad de Jesucristo y dicho acontecimiento no guarda ninguna relación con los ciclos cósmico telúricos que rigen la vida en su aspecto circular, tal como lo hace el Mitraísmo.

La sociedad mapuche antigua en nuestro país basa sus mitos fundacionales y su culto fundamentalmente ligado a la naturaleza, a la tierra, a la forma en que se manifiesta el sol y las estaciones para orientar sus viviendas, honran a sus antepasados y guerreros, representan en todo sentido lo que para Mircea Eliade es una sociedad tradicional.

Sobre estas tierras del centro sur de Chile, en la Octava región aún se escuchan voces que evocan un pasado de arquetipo, de saturación de existencia, en donde se encuentran dos mundos, uno representante de una visión de mundo particular ligada profundamente a sus raíces y a los ciclos cósmico-telúricos, el otro portando la cruz y la espada, se encuentran, se conocen, luchan y se odian, se funden finalmente, dando creación a una raza que es fruto de la gallardía y el tesón de dos pueblos que luchan por visiones de mundos esencialmente distintas. Nace Chile, fruto de la sangre que baña la geografía y sirve como consagración de un territorio que cobra una importancia sacrificial, se tiñe el suelo de la sangre de un nuevo hombre, fruto de la mezcla de sangre de dos razas guerreras, ya que es bien conocido que los españoles no traían mujeres, sus cuerpos son enterrados en esta tierra y nace el fruto de la patria, el fruto que es el Chileno, nace una nueva sangre en una tierra que es nueva para este nuevo hombre, nace un sentimiento de pertenencia, de destino, de historia, nace un puente de aquí a lo desconocido. Además a nuestra tierra se agregan familias provenientes de Europa principalmente a fines del siglo XIX que llegan a Chile, haciendo de esta tierra su patria transformándose en chilenos.

En esta geografía este nuevo hombre encuentra a su madre, su padre es el sol, los guardianes de los espacios indómitos son: el puma, el zorro, el cóndor, el huemul, que a posteriori representan signo en nuestros dichos costumbristas y en nuestra heráldica nacional.
Joven es el pueblo de Chile, corto es el trecho histórico de nuestra independencia, corta ha sido la proyección de quienes nos han gobernado, pero así como la evolución social de los pueblos es larga y progresiva, es preciso que la evolución de nuestra nación se dirija a un alto destino, siguiendo el ideal de la identidad y la pertenencia a la madre tierra que nos regala cada día, por que esta es nuestra franja que como pueblo nos toca ocupar en el espacio y nuestra gente que comparte nuestra idéntica naturaleza es preciso que reciba de sus congéneres y de quienes asumen nuestra representación política ,dignidad y justicia social, para así participar de la evolución natural de las sociedades que postula Spengler, es decir nacer, crecer y perecer de una forma independiente y digna (no intervenida por fuerzas exógenas) de una forma proyectada a lo universal, es decir aplicando lo que se entiende en términos políticos como el principio de autodeterminación de los pueblos.

Joven es nuestra historia como pueblo independiente, varias razas convergen en esta geografía pero prima la chilena, lo que debemos comprender como comunidad de pueblo, que es uno el destino que nos une, una es nuestra historia y un individuo mas uno pueden unirse y consagrar sus vidas a la construcción de la identidad y voluntad nacional, a crear la historia futura de Chile.

En todos los tiempos han habido personalidades excepcionales, un gran ejemplo de esto es nuestro gran estadista nacional, don Diego Portales que consagra a un concepto de Patria y Estado su vida con gran consecuencia y tesón enfrentando a la muerte y regando este suelo chileno con su sangre y su honor. La patria nace cuando un pueblo se establece en un lugar y entierra a sus antepasados, así una nación se instala en un lugar y lo transmuta con su existencia y sus valores, transforma el Caos en Cosmos, y nace la sacra privata como la llamaban los antiguos romanos, es decir transmuta el lugar al establecerse, surgen las instituciones humanas y surge el concepto de Estado que en sentido político-jurídico es una suprema forma de organización nacional.

Un punto importante de esta Cosmovisión es el rol que juega la economía para nuestro pueblo, lo fundamental es fortalecer una economía nacional, es imprescindible que cada chileno tenga lo necesario para vivir y desarrollarse de una forma digna, que haya un compromiso del empresariado con el trabajador, ya que ambos son hijos de una misma tierra, no permitir que un grupo de personas en base a la especulación y no al trabajo ostenten riquezas y que su compatriota tenga un sueldo miserable que no le permita desarrollarse dignamente, es esencial tender a un compromiso y justicia social nacional, darle una primacía al trabajo que a la especulación, además no entregar nuestros recursos a voraces empresas trasnacionales que vienen a usurpar nuestro patrimonio nacional (esencialmente recursos naturales) y a aprovechar una mano de obra abundante y barata. El estado como la forma de organización máxima debe fundarse en bases nacionales, es decir estar al servicio de la nación y tomar un rol activo en materia económica, ya que el mercado internacional como regulador de la economía sólo beneficia a los amos sin rostros visibles de este Nuevo Orden Mundial que se entroniza sin rival alguno después de la segunda guerra mundial.

Es importante hacer hincapié en el compromiso nacional y social que debe tener el empresariado con el trabajador para no caer en la lucha fratricida de clases y el sentimiento anti-nacional del proletariado, porque el puede observar que su Estado no vela por su condición social y a pocos de sus compatriotas sólo le importa llenar sus bolsillos. La libertad sólo se consagra cuando un pueblo coopera con los suyos y tiene una visión del Universo que lo haga sentir un individuo, no una masa inconsciente, que pertenece a una nación que tiene una identidad y voluntad propia que esta llamada a cumplir altos designios como grupo organizado en la historia. Esto es el principio de justicia social nacional.

Es preciso que nosotros, la actual generación de jóvenes nacionalistas chilenos, tengamos una visión clara respecto a nuestra existencia, es decir de lo que somos, ya que comprendiendo esa realidad podemos encontrarle un sentido verdadero a nuestra vida individual dentro de la vida social, podemos vivenciar nuestra realidad de una forma comprometida con la nación y con los hombres venideros. Es importante tener también una apreciación de nuestro panorama histórico, como decía anteriormente, nuestra historia como estado independiente aún es muy corta, y nuestras autoridades han copiado cuanto sistema foráneo que en sentido político se les ha presentado como modelo. Es preciso lograr como pueblo una verdadera autodeterminación, una voluntad nacional, una nación culta, que no vacile entre las marismas conceptuales del Nuevo Orden Mundial, que sea clara en sus objetivos colectivos y que logre una efectiva justicia social.

Dentro de esta cultura globalizada, en que los medios de información se han incrementado, parece además haberse desarrollado más en su forma que en su contenido, como siempre la oposición entre forma y fondo, ser y ente. Diariamente nos vemos bombardeados de información sin claridad, y cada vez mas los medios de comunicación tales como los diarios se preocupan del efímero y banal espectáculo, mientras en nuestro país se incrementa la compra de grandes extensiones en nuestra Patagonia, mientras cada vez más se flexibiliza el mercado laboral y se hace caso omiso de ello, mientras cada vez más el capital internacional sin rostro avanza en nuestra economía, mientras cada vez más el sionismo triunfa con su modelo cultural y su modelo de nihilismo impuesto a los que ellos llaman gentiles.

Cada cierto tiempo aparecen nuevas ideas que lo único que tienden es a hacer al hombre cada vez más vacío, mas falto de identidad, por lo tanto falto de sentido, de compromiso consigo mismo y con su naturaleza, tales doctrinas que se revitalizan cada cierto tiempo con nuevos impulsos, parecen ser la panacea utópica del hombre, le presentan una construcción mental onírica y soñada, siempre apelando a la internacionalización y a la desvalorización de la identidad nacional y de la patria. Como el Nuevo orden mundial es manejado con políticas sutiles e inteligentes, mezclan estos estereotípos con tendencias musicales alternativas al sistema, que al fin y al cabo sólo adscriben a un secreto propósito que busca instaurar el dominio mundial de un sistema manejado por quienes según el texto sagrado mayormente difundido en occidente son los elegidos de dios y se les ha entregado la tierra para sus propósitos.

Es preciso ser autoconcientes, buscar nuestro nexo con lo existente, con nuestra espiritualidad, con nuestra historia no tan sólo política, sino orgánica y existencial, para comprender cuales son los valores biológicos y psíquicos que nos diferencian como país del resto de los pueblos, y en base a eso tener un sentimiento de compromiso con nuestra identidad y nuestra espiritualidad, para lograr crear un fenómeno social y una verdadera revolución que logre nuestra verdadera independencia, todo esto bajo una administración que busque conservar nuestro patrimonio biológico e histórico, y que logre una justicia social con bandera nacional, que se premie al mérito, se le de una primacía del valor trabajo por sobre la especulación , en donde se busque además llevar al hombre a la superación de si mismo no bajo una ética materialista y de mercado, sino que nos lleve a cumplir el alto destino que nos encomendó nuestro Creador.

 

¡VIVA CHILE!


Kleber Castro Barriga

 

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Última modificación: 03 Enero 2006